Cuando se me ocurre pensar que los individuos no son más que gotas de saliva que escupe la vida, y que la vida no vale mucho más frente a la materia, me dirijo hacia el primer bar que encuentro con la intención de no salir más de él. Y sin embargo, ni siquiera mil botellas me darían el gusto de la Utopía, de esa creencia en que algo es aún posible.
-- E. Ciorán --
lunes, enero 10, 2005
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