Sobre esta hoja en blanco
el tiempo se detiene,
mi memoria se ahoga de tinta
mientras mi mirada divaga
en la espesa niebla que me rodea.
Lágrimas de humo
se evaporan de mi retina.
Tu sonrisas, tus ojos y tu cuerpo
se esfuman en su estela vaporosa
y mi voluntad
no puede más retenerlos a mi lado.
Un último abrazo...
un último beso...
se pierden
en la duda
de un nuevo e incierto destino.
-- Marin Marais --
viernes, enero 27, 2006
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