Berlín (Alemania) - Junio 2006
© Monde
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Localizado entre la Puerta de Brandeburgo y la plaza de Potsdam -cerca de donde estuvo la macabra Reichskanzlei de Adolf Hitler-, el terreno de 19.000 metros cuadrados con 2711 bloques de hormigón pretende no sólo recordar a los seis millones de víctimas judías del horror nazi sino "ser un lugar de esperanza para el futuro", como declaró su arquitecto Peter Eisenman.
El patio de estelas de hasta cinco metros de altura "será un lugar sin nombres, un lugar de silencio en la ciudad, en que el visitante reflexione sobre el pasado, el hoy y el futuro", explicó Eisenman "No quise hacer un cementerio, un lugar de muerte, sino de esperanza para el futuro", enfatizó el arquitecto, para quien este laberíntico patio de bloques de concreto debe ser un sitio donde el paseante "oiga las voces" de las víctimas. A pesar de los riesgos que conlleva que esté al aire libre -tanto graffiti como ataques neonazis- se optó por un monumento abierto, que pueda ser visitado siempre y al cual se pueda acceder por todos lados.